sábado, 21 de octubre de 2017

LA PARÁBOLA DE LA FLECHA ENVENENADA







Buda aconsejaba a sus discípulos que no desperdiciaran su tiempo y energía en especulaciones metafísicas. La vida es tan corta que no debía gastarse en interminables especulaciones que no nos acercan a la verdad.


Hubo una vez un hombre que fue herido por una flecha envenenada. Sus familiares y amigos querían que le tratara un médico, pero el negó, diciendo que antes quería conocer el nombre del arquero que lo había herido, la casta a la que pertenecía y su lugar de nacimiento. También quería saber si este hombre era alto, fuerte, si tenía la tez clara u oscura, qué tipo de arco le había utilizado, si la cuerda del arco estaba hecha de bambú, de cáñamo o de seda, si la pluma de la flecha provenía de un halcón, de un buitre o de un pavo real, si el arco que había sido usado para dispararle era un arco común, curvo o de adelfa. Finalmente el hombre murió sin conocer las respuestas.

Majjhima Nikaya, colección de textos atribuidos a Buda que forman parte del Canon Pali.